7.2.09

Personas del Pasado - Don Ricardo

Durante la temporada en la que estaba encargado de atender solo el puesto de tacos recibía a varios clientes y dos que tres personas ocasionales, entre los clientes estaba Don Ricardo, el era un hombre de unos 45 años, recuerdo que yo estaba creciendo y era alto pero el me ganaba por mucho en estatura, diría que 1.85, moreno, bastante corpulento, se le notaba bastante vivido, con el cabello recién canoso, cuando lo conocí me sorprendí de que usara una pulsera gruesa de cuero como de rockero, siempre andaba todo manchado de pintura, pero era por su trabajo, se dedicaba a poner vidrios, pintar locales, casas y rotulados.
Al principio no cruzábamos palabra alguna más que las necesarias, pero luego me hacía plática ya que le llamaba la atención que siendo un mocoso trabajara en eso. Pero siempre hablábamos de trivialidades, que si el clima, que si la gente, era un señor de muy buen comer así que teníamos rato para platicar, en lo que le preparaba, comía y hacía sobremesa.
Un día no había desayunado, entonces fue a que le preparara una torta, y le pusiera lechuga, en ese entonces yo no entendía más que acatar ordenes, recuerdo sus comentarios "ponle más jitomate, no se lo pongas platicado, ándale!" "esa lechuga está muy blanca, ponle de la más verde" y yo solo acataba "si señor" con un gesto de miedo pues me intimidaba, entonces se echó a reír y me dijo que en el caso de la lechuga tenía que contestar "pues si es capricho se la pinto" porque no era mi culpa que la lechuga que estuviera remojándose fuera blanca y tampoco mi obligación tenerla de otra manera, sus comentarios me extrañaban porque no conocía mucho esa situación.
También cuando pasaba alguna chava de buen ver en ese entonces una señora para mi mundo, me invitaba a decirles piropos, cosa que me apenaba porque desconocía como hablarle a una mujer, y no recuerdo que les decía pero claramente las morboseaba y las piropeaba, de vez en vez cuando iba a comer y si había alguna fémina de buen ver inmediatamente llegaba en comportamiento galante a ligarla, obviamente tenía creo que esposa y una hija más pequeña que yo, pero eso no le detenía en lo mínimo.

En una ocasión le pregunté a que se debía la pulsera en su muñeca, porque me agradaba el estilo, y esa me dijo que la había puesto para proteger una cicatriz que tenía en la muñeca, una herida muy reciente, que cargaba un vidrio que iba a poner, y lo colocaba, se resbaló el vidrio y le golpeo cara interna de la muñeca, entonces como si quisiera suicidarse, le sangró mucho, lo tuvieron que llevar al hospital, le pusieron puntadas y me mostró su cicatriz y se veía bastante desagradable, su muñeca se había hecho su talón de Aquiles, ya que bastaría un poco de fricción o un golpe para volver a abrirle la muñeca y esta comenzara a sangrar, con la pulsera se cuidaba de que eso no fuera a suceder.

Pasarían un par de semanas, cuando Don Ricardo terminó el trabajo de rotulado y entonces un día ya no regresó, al poco tiempo yo dejé de trabajar ahí, y creo que un día, hace un par de años, pasé y lo vi, yo había cambiado mucho así que no me reconoció y el había cambiado un poco, el cabello más canoso, arrugas y ahora se veía un tanto más desgarbado.